En las películas de Hollywood, el fin del mundo se muestra como un evento espectacular que se desarrolla en un par de horas. En ese caos cinematográfico el espectador se siente parte de los momentos clave que finalmente conducen al día del juicio final.
En los últimos 25 años, el cambio climático ha pasado de ser un tema muy discutido que solo afectaba a las poblaciones vulnerables en los márgenes de los países pobres, a una amenaza omnipresente. Y ahora estamos todos aquí, mirando un peligro climático claro y presente.
Si estuviéramos frente a The End, ¿cómo esperarías que fuera?, tal vez… ¿Una gran crisis alimentaria para 345 millones de personas en más de 82 países?
Según el Programa Mundial de Alimentos, esto está sucediendo. Para 2070, el Foro Económico Mundial estima que 3 mil millones de personas, o 1/3 de la humanidad, podrían vivir en áreas demasiado calurosas para ser habitadas.
¿Quizás también pensarías que la gente acabaría peleándose por los recursos? Pues bien, eso también está pasando.
Las presiones ambientales son impulsores significativos de los principales conflictos en los desastres humanitarios más grandes del mundo en lugares como Afganistán, Siria, Irak y Yemen.
En la última década, las personas de Europa, Australia y América del Norte han aprendido a temer los incendios forestales y el empeoramiento de los desastres naturales.
¿Qué significa esto para organizaciones como World Vision?
El sistema humanitario está sobrecargado y este año la ONU calculó que se requieren 46 mil millones de dólares para satisfacer todas las necesidades.
Las estimaciones actuales de la ONU son que nos faltan 34.000 millones de dólares. Esto es más grande que el gasto humanitario anual total para 2019.
World Vision está respondiendo con la mayor respuesta humanitaria mundial de su historia, que se dirige a los 25 países de mayor riesgo con ayuda y asistencia para salvar vidas. En estos países los niños y niñas están a un paso de la hambruna, viven con desnutrición aguda o se enfrentan a la amenaza de disturbios civiles.
Puedes encontrar más información sobre la Respuesta Alimentaria Global de World Vision aquí .
También estamos intensificando nuestros programas relacionados con el clima, como la reducción del riesgo de catástrofes, la adaptación al clima y la reducción de la huella de carbono de las organizaciones.
Ahora que la gente se ha dado cuenta de que el reloj del clima está en marcha, ¿qué podemos hacer como individuos para frenarlo? En Hollywood, todos los problemas, por grandes o complejos que sean, pueden resolverse con un hombre o una mujer corriendo con una pistola.
Si el fin del mundo se produjera al estilo de Hollywood, nuestros dos héroes se verían envueltos en persecuciones de coches, tiroteos, explosiones y posiblemente un romance. La vida real no es así, por supuesto.
Todos tenemos que poner nuestro granito de arena para frenar el daño a nuestro planeta y no podemos dejarlo en manos de unos pocos, por muy cualificados o poderosos que sean. Todos tenemos que pensar en cómo usamos y abusamos de los recursos que tenemos a nuestra disposición.
David Attenborough , un famoso naturalista dijo una vez: “Cualquiera que piense que puede tener un crecimiento infinito en un entorno finito es un loco o un economista”.
Todos debemos aprender a consumir menos y compartir más con los pobres del mundo.
Un artículo reciente desafiaba a sus lectores a llevar una dieta mayoritariamente vegetariana; a prescindir de los vehículos privados; a volar en vuelos de corta distancia sólo una vez cada tres años; y a volar en vuelos de larga distancia sólo una vez cada ocho años.
La definición de verdadero heroísmo es enfrentarse al miedo para hacer algo abnegado por los demás. Este tipo de autosacrificio necesario para hacer frente a la crisis climática será doloroso y aterrador, pero el futuro de todos nuestros hijos merece la pena.
Hollywood siempre exige unos pocos gestos de sacrificio realmente grandes por parte de un puñado de héroes para garantizar que se evite el desastre. En la vida real necesitamos que todo el mundo haga todo lo que pueda para que el impacto acumulado de cientos de millones de personas marque la diferencia.
Los niños más vulnerables del mundo necesitan realmente que cada uno de nosotros se implique, cambie su estilo de vida y exija a los políticos que actúen no sólo en nuestro beneficio, sino en el de todos los niños del planeta.
Estamos en las últimas escenas de nuestra película de desastres. ¿Somos lo suficientemente valientes y desinteresados para hacer lo que sea necesario para cambiar el final y salvar a la raza humana?