Génesis tiene 14 años, es una fan del karaoke, una hermana mayor informada y una estudiante aplicada. Hoy tiene muchos motivos para sonreír, pero no siempre ha sido así. Génesis es la prueba viviente de la transformación que el apadrinamiento infantil puede hacer en la vida de una persona: fue el salvavidas que necesitó para pasar de lo más bajo a soñar con lo más alto.
«Desde que era pequeña, mi sueño ha sido ser militar. La idea de volar en un avión me llena de emoción; estar en las nubes es mi sueño», dice Génesis, de 14 años, con una amplia sonrisa.
Un giro inesperado
Hace cuatro años, volar era lo más alejado de su mente: sentía que había tocado fondo.
Los últimos cuatro años han supuesto una transformación para Génesis, que vive con su familia en un pequeño pueblo agrícola cerca de Ambato (Ecuador). Se trata de una de las zonas más pobres del país, donde muchas personas no tienen acceso a servicios esenciales como la sanidad, la educación y el agua potable. Con su familia luchando por llegar a fin de mes, la vida nunca había sido fácil para Génesis. Pero cuando tenía 10 años, las cosas se precipitaron hacia abajo.
Génesis sufrió una repentina parálisis facial que le desfiguró la cara y tardó más de un año en curarse. Empezó a ser acosada en la escuela y a tener un sobrepeso considerable, lo que añadió capas adicionales de complejidad mientras navegaba por la adolescencia temprana. Génesis se sintió profundamente triste y no veía ninguna esperanza en su futuro.
Curación y esperanza
En su momento más bajo, Génesis tomó la decisión que lo cambiaría todo: aceptó unirse al programa de apadrinamiento de World Vision.
Génesis fue apadrinada por una familia de Canadá y empezaron a enviarle mensajes de ánimo y amor, en cartas escritas sólo para ella. Recibió apoyo práctico, como material escolar y atención sanitaria, y empezó a participar en talleres y actividades de World Vision que cambiaron su forma de pensar sobre lo que podía hacer y lo que podía ser.
Poco a poco, carta tras carta, Génesis empezó a verse a sí misma como la veían sus padrinos: una persona cuidada y valorada.
«Mi vida ha cambiado con el apadrinamiento», dice. «Las cartas de mis padrinos me hacen sentir agradecida y feliz porque con sus palabras me animan. En fechas importantes como Navidad o mi cumpleaños recibo mensajes que me llenan de emoción y me siento querida.»
Libre de ser
La pobreza no tiene una sola dimensión: es la combinación de las causas fundamentales de la pobreza lo que crea una barrera formidable para el cambio. Se necesita un enfoque múltiple para superarla, y por eso una respuesta estratégica que fortalezca no sólo a un niño, sino a su familia y a toda su comunidad, es el núcleo del apadrinamiento infantil. Génesis es una prueba viviente.
La ayuda y los cuidados prácticos, como los elementos esenciales para la escuela y el hogar, han ayudado a Génesis a satisfacer sus necesidades básicas. Pero el apadrinamiento infatil también le ha permitido adquirir nuevos conocimientos sobre sus derechos, valores y libertades personales que, con el tiempo, le han dado fuerza y confianza como joven independiente.
Esta niña, que antes se sentía invisible para el mundo, ahora no tiene miedo de que la escuchen: ¡Genesis incluso ha descubierto que le gusta cantar en el karaoke!
Solución por capas
¿Cómo es una solución a la pobreza en varios niveles? Cosas como la formación en materia de drogas y adicciones para entender el daño que las drogas pueden causar en su vida o en la de su familia, talleres de protección contra la violencia para que conocer sus derechos y saber a quién acudir si sufre violencia, y formación en derechos personales para que saber que debe tener control sobre lo que le ocurre y cómo luchar por ese derecho si es atacada.
Los talleres de higiene le han dado las herramientas que necesita para practicar buenos hábitos para un estilo de vida saludable. Y formar parte de un programa de desarrollo de liderazgo ha alimentado su confianza y la ha ayudado a desarrollar las habilidades que necesita para liderar el cambio en su comunidad.
Incluso las cosas divertidas, como la celebración de su cumpleaños con sus amigos del programa, son una oportunidad para experimentar una atención y una conexión auténticas, que le hab ayudado a acabar con los sentimientos de inutilidad y duda y a sustituirlos por confianza y alegría.
El efecto dominó
No sólo Génesis está creando una vida mejor con el apoyo de sus padrinos. Como la gran mayoría de las niñas y niños apadrinados, su familia también se beneficia. Esto es así porque tener una familia sana y fuerte alrededor de un niño es clave para su propio crecimiento personal.
Génesis pudo llevar a su madre a una serie de clases de «Go Baby Go» como parte del programa, donde aprendió sobre nutrición, salud materna y habilidades de crianza, para que juntas pudieran cuidar mejor de su hermana María José, de un año.
«World Vision nos ha enseñado cosas que antes no sabíamos. Aprendimos sobre la estimulación temprana de los niños pequeños: ¡ahora mi hermana está sana y es muy inteligente!» dice Génesis.
Tomar las riendas
Al principio de la asociación de World Vision con la comunidad de Génesis, los líderes de la comunidad compartieron sus sueños para el futuro de niños y niñas como ella. Junto con el personal de World Vision, crearon un plan que, con el tiempo, abordaría las causas fundamentales de la pobreza en el lugar. Pocos años después, Génesis demuestra que el plan se está llevando a cabo.
World Vision se encuentra en las primeras fases de la asociación con la comunidad de Génesis, pero ya han ocurrido muchas cosas. Los padres han participado en cursos de formación sobre salud infantil y materna y en talleres de crianza.
Hay nuevos espacios para que los niños desarrollen sus habilidades en la danza, la música, el arte y los deportes, que son esenciales para la confianza y la autoestima, pero que a menudo están fuera de su alcance porque las familias están luchando por satisfacer las necesidades básicas.
Las familias han aprendido a prepararse para las catástrofes, y eso es importante en Ambato porque alberga uno de los volcanes más activos del mundo, que desplazó a la gente y destruyó cultivos y hogares en una fecha tan reciente como 2006. Y, en los últimos años, World Vision ha ayudado a su comunidad a sobrevivir a la COVID-19 con información preventiva y materiales como kits de higiene, mascarillas, suministros a los centros de salud locales y asistencia alimentaria.
Audaz y ambicioso
El apoyo de los padrinos y madrinas ha hecho que la comunidad pueda tomar las riendas de su futuro, y también Génesis. Cuando se mira al espejo hoy, ve a una niña muy diferente a la que vio hace cuatro años. La Génesis de hoy tiene confianza en sí misma, es ambiciosa y avanza con valentía hacia el futuro que se está labrando, paso a paso.