La crisis mundial de refugiados

En este momento, hay más refugiados y personas desplazadas en el mundo que en cualquier otro momento de la historia.

Esta actual crisis humanitaria mundial está impulsada por tres factores dominantes: los conflictos, la inseguridad alimentaria y el cambio climático.  

Millones se han convertido en refugiados en un instante, y muchos ni siquiera habían oído hablar del término hasta que ellos mismos se convirtieron en refugiados. Pero entre las oscuras profundidades de la desesperación, todavía hay rayos de esperanza brillando a través de ellos.  

1. Más de DOS TERCIOS de refugiados proceden de tan solo 5 países.

Para cuando termines de leer estas pocas frases, alrededor de 20 personas más se habrán convertido en refugiadas o desplazadas. Cada tres segundos, una persona se desplaza a algún lugar de la Tierra. 

Siria, Venezuela, Afganistán, Sudán del Sur, Myanmar. Estos cinco países por sí solos representan el 68% de todos los refugiados y personas desplazadas por la fuerza en el mundo. 

En Sudán del Sur, Agar, madre de cinco hijos, no tuvo más remedio que dejar todo atrás cuando huía de la violencia. Ahora enfrenta una lucha diaria para alimentar a su familia sin trabajo, sin dinero y sin una señal que le indique que la situación mejorará.  

Sorprendentemente, el 40% de las 79,5 millones de personas que han sido desplazadas por la fuerza como resultado de persecuciones, conflictos, violencia o violaciones de derechos humanos son niños.  

2. Los TRES grandes factores que obligan a las personas a abandonar sus hogares: Los confictos, la alimentación y el cambio climático.

Las personas somos extraordinariamente resistentes, pero nos están llevando al límite. Para decenas de millones de personas en todo el mundo en este momento, su resiliencia se pone diariamente a prueba por conflictos violentos, inseguridad alimentaria y desastres climáticos sobrealimentados por el cambio climático.  

En Marawi, Filipinas, el conflicto entre militantes y fuerzas gubernamentales ha desplazado a 360.000 personas. En Sudán del Sur, un nuevo récord en sequías han provocado pérdidas masivas de cosechas, lo que ha provocado inseguridad alimentaria en millones de desplazados internos. Y en Cox’s Bazar, Bangladesh, los ciclones han destruido miles de refugios en el campo de refugiados más grande del mundo. 

3. Algunos refugiados ni siquiera saben lo que significa la palabra hasta que se convierten en uno de ellos. 

Las personas refugiadas no eligen serlo. Achiya, una estudiante de 15 años de Myanmar, tenía una vida normal hasta que todo cambió en un instante. Su casa, sus posesiones, sus esperanzas y sus sueños… todo se perdió.  

Como refugiada rohingya, se vio obligada a huir de la persecución con su familia, uniéndose al millón de refugiados rohingya en Cox’s Bazar, Bangladesh, el campo de refugiados más grande del mundo. Achiya ni siquiera había oído hablar del término ‘refugiada’ hasta que ella misma se convirtió en una de ellos.  

Desafortunadamente, es una historia demasiado común. La experiencia de Achiya es otro ejemplo de la existencia peligrosa e implacable que muchos como ella se ven obligados a aceptar simplemente para sobrevivir.  

4. En los momentos más oscuros todavía se puede encontrar alegría.

Imagina no tener claro si algún día podrás regresar a tu hogar, ni siquiera saber si tu casa sigue en pie. Es una batalla tanto psicológica como física. La lucha por la supervivencia no tiene una fecha clara de inicio o finalización. 

Pero algunos refugiados y personas desplazadas están encontrando momentos de alegría en los tiempos oscuros que están soportado. En el campo de refugiados de Bidibidi, Uganda, los refugiados de Sudán del Sur han creado su propio programa de talentos para expresar su creatividad.  
 
Hay mucho más en las personas refugiados que las imágenes de hambre, violencia y sufrimiento que a menudo asociamos con ellos. Son personas talentosas, divertidas, atléticas y hábiles, cada una con su propia historia. Nunca debemos olvidar eso.  

5. Los refugiados están ayudando en los países de acogida.

Es difícil comprender cómo algunas personas pueden encontrar la energía y el impulso para retribuir con su trabajo a la comunidad en la que ahora se encuentran después de haber pasado por tanto. Pero eso es exactamente lo que están haciendo muchas personas notables después de poner todo en juego por una vida mejor.  

Venezuela, con una economía en colapso y una crisis política creciente, ha provocado que casi 5,6 millones de personas huyan del país en busca de seguridad y estabilidad. Una de esas personas es un médico de Caracas, José Miguel Tabares.  

Las constantes amenazas de violencia tanto dentro como fuera del trabajo yuna situación cada vez más precaria obligaron a José a buscar refugio y una nueva vida en Perú. Ahora, después de un largo viaje y con la ayuda de uno de los programas de USAID y World Vision,ha podido aplicar sus habilidades como médico en Perú y retribuir con su trabajo y experiencia en su hogar recién adoptado.

Cuando los niños vulnerables viven en lugares peligrosos, trabajamos para ayudarlos a sobrevivir, recuperarse y construir un fututo. 

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