La crisis del COVID-19 ha afectado a todos, pero los desplazados forzosos que se enfrentan a algunos de los mayores riesgos, siguen siendo la prioridad más baja a nivel nacional y mundial antes la respuesta a la pandemia.
Sin embargo, la justicia de las vacunas no sólo es esencial para proteger a los más expuestos, sino que también evitará un impacto aún más catastrófico
a nivel mundial. La pandemia no acabará en ningún sitio hasta que
termine en todas partes.