Tras décadas de conflictos y desastres naturales, Afganistán es uno de los contextos más frágiles del mundo. La pandemia global de COVID-19 ha hecho que las necesidades humanitarias se disparen y ha dejado al descubierto las implicaciones de años de pobreza crónica el subdesarrollo y la incapacidad de invertir lo suficiente en en la prestación de servicios públicos básicos, sistemas e infraestructuras.
La fragilidad representa uno de los mayores retos para desarrollo sostenible y la paz. Pocos contextos en el mundo representan mejor la necesidad urgente de realizar esta coherencia que Afganistán.
Este estudio de caso examina la experiencia de World Vision de la salud, el acceso al agua potable y la educación en acceso al agua potable y a la educación en el oeste de Afganistán, y cómo se ha adaptado humanitaria y de desarrollo se ha adaptado desde 2018 para responder mejor a la vulnerabilidad, reducir el riesgo y ayudar a fortalecer la resiliencia de los niños afganos y sus familias.