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Más de un millón de personas están desplazadas internamente, según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM)
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World Vision advierte de daños irreversibles en el desarrollo físico y cognitivo de miles de niños y niñas que padecen hambre
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La ONG pide a la comunidad internacional que apoye sus esfuerzos para ayudar a las poblaciones desplazadas
Madrid, 21 de enero de 2025: En febrero se cumplirá un año desde el estallido de la violencia y el terror que ha dejado a Haití bajo el asedio de organizaciones criminales y bandas. Rescatar al país, especialmente a sus niños y niñas, de una crisis sin precedentes de violencia, hambre y desplazamiento forzado es esencial.
“Este ha sido un año de angustia y miedo para el país, que es rehén de las bandas. Más de un millón de niños y niñas están sin escolarizar. Miles de familias pasan hambre y carecen de acceso a servicios sanitarios y suministros esenciales, bloqueados por las bandas que controlan el 90% de la capital, Puerto Príncipe, y asedian los accesos desde y hacia las zonas rurales”, explica Lesly Michaud, director de World Vision en Haití.
La oleada de violencia iniciada por “Viv Ansam”, una coalición de bandas, desde febrero de 2024, se cobró la vida de más de 5.000 personas en 2024. Además, más de 2.000 mujeres y niñas llevan las cicatrices de la violencia sexual en un régimen de terror que mantiene aislada la capital y obstruye el acceso al campo.
Más de un millón de personas se han visto obligadas a desplazarse, según la OIM. World Vision advierte que esta prolongada crisis de inseguridad y hambre está agravando el hambre y la malnutrición, en un país donde más de 5 millones de haitianos se enfrentan a la inseguridad alimentaria, según la ONU.
“El coste social de esta crisis de hambre y malnutrición es exponencial, si consideramos el daño irreversible a la salud física y al desarrollo cognitivo de millones de niños y niñas privados de la nutrición que necesitan para crecer y prosperar. Además, la pérdida de educación de miles de niños, niñas, adolescentes y jóvenes debido al cierre de más de 1.000 escuelas causará costes inconmensurables a esta generación, en términos de pérdida de oportunidades”, afirma Lesly Michaud.
World Vision está trabajando con organizaciones religiosas y comunitarias locales para restablecer el acceso de las familias a alimentos nutritivos y producidos de forma sostenible. En el norte de Haití, la ONG ha desarrollado huertos familiares para garantizar la disponibilidad de alimentos. “En comunidades como Limonade y Bois de Lance, entre muchas otras, estamos centrados en llegar a las familias retornadas que han sido deportadas de la República Dominicana”, explica Lesly Michaud.
En La Gonave, una de las zonas rurales más pobres del país donde decenas de miles de personas han buscado seguridad, la organización proporciona ayuda en efectivo para apoyar la nutrición, la atención sanitaria y el acceso a suministros esenciales para las familias.
La interrupción de las cadenas de suministro causada por el cierre y la inoperatividad de aeropuertos y puertos ha provocado un fuerte aumento de los precios de los alimentos. El precio del arroz ha subido un 75%, y el de la leche un 56%.
“En respuesta a esta realidad, World Vision proporciona ayuda económica directa, distribuye alimentos y promueve la producción sostenible de alimentos en unidades familiares y comunitarias. Sin embargo, nuestros esfuerzos palidecen en comparación con la magnitud y gravedad de esta crisis. No dejaremos de buscar ayuda y hacer un llamamiento a la solidaridad internacional. Mientras un solo niño o niña pase hambre, persistiremos. Hay suficientes alimentos en el mundo para satisfacer sus necesidades”, concluye Lesly Michaud.
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