El valor de la carta de una madrina

¿Crees que no puedes marcar la diferencia? A veces algo tan simple como una carta puede cambiar una vida.

Dassari tenía 15 años cuando recibió por primera vez la carta de su madrina. Ella vive en en Honduras, un país en el que muchas niñas se quedan embarazadas cuando son adolescentes, y la violencia de las bandas marca a las comunidades.

El apadrinamiento infantil dio a Dassari la oportunidad de descubrir sus pasiones, superar sus miedos y aprender a ser parte de la solución. Cuando ella y su madrina empezaron a intercambiar cartas, Dassari pudo conocer a la persona que le estaba dando la oportunidad de un futuro mejor.

«Se llama Angie», dice Dassari. «Me dijo que había empezado a trabajar como profesora de primaria. Por aquel entonces, ella tenía 21 años y yo 15».

Maestra presentando a una clase de niños en Honduras

Dassari necesitaba que alguien creyera en ella, y esa carta le dio el empujón que necesitaba para dar lo mejor de sí misma.

Su participación en la formación en liderazgo le ayudó a comprender que había nacido para algo diferente. Su participación en la formación en habilidades para la vida le animó a superarse. Y su formación en inclusión y participación comunitaria le inspiró el deseo de soñar y trabajar por un futuro mejor para toda su comunidad.

Dassari quería ayudar a otras niñas porque las niñas se sienten empoderadas por las historias de otras mujeres que se atrevieron a marcar la diferencia.

Ahora tiene 21 años y trabaja como maestra en una escuela de su comunidad, y ha tenido la oportunidad de ayudar a otras niñas a liberar su potencial, ayudando a compartir parte de la formación que recibió de World Vision en otras comunidades.

«Siento que estoy viviendo la experiencia que vivió Angie», dice. «Ahora nos dedicamos a lo mismo y se siente maravilloso saber que tenemos tanto en común con una persona que quizás no conozco, pero he llegado a sentir que la tengo cerca».

Woman from Honduras flicking between the pages of a book and looking at the camera.

A Dassari le gusta ser profesora, pero también planea empezar una carrera de psicología para seguir explorando su vocación de ayudar a otras niñas y jóvenes a ser todo lo que pueden ser.

«Quiero escucharlas, ayudarlas, saber lo que sienten y lo que les gusta, ayudarlas si tienen algún problema, para que lo mejor de ellas salga a la luz para otras personas», dice.

Todo empezó con una carta que creó un vínculo entre una niña y su madrina, que comparten la misma pasión por enseñar a los demás, y ahora están transformando toda una comunidad en un lugar mejor.

Tú también puedes ser esa inspiración en la vida de una niña. Apadrina a una niña hoy mismo y únete al movimiento para apadrinar a 100 niñas antes del Día Internacional de la Mujer, el 8 de marzo.

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