Desde el 24 de febrero de 2022, 7,5 millones de niños y niñas ucranianos han sido víctimas de la mayor crisis de desplazamiento humano del mundo actual, con consecuencias duraderas para las generaciones futuras.
Los ataques con armas explosivas en zonas urbanas siguen causando víctimas civiles, incluidos niños y niñas, y provocando daños considerables en infraestructuras y servicios esenciales.
Como consecuencia, hogares, escuelas, hospitales, sistemas de abastecimiento de agua, centrales eléctricas y lugares donde los civiles buscan refugio resultan dañados o destruidos.
Los niños y las familias se han refugiado en los países vecinos, han huido a otras partes de Ucrania o han quedado atrapados en zonas de escalada de las hostilidades. Aproximadamente 5 millones de menores están desplazados dentro y fuera de Ucrania, corriendo un mayor riesgo de sufrir daños físicos, angustia emocional grave y desplazamiento.
Si no se toman medidas integrales, los niños y las niñas corren el riesgo potencial de ser separados de sus familias, de sufrir un grave abandono si tienen alguna discapacidad y de ser entregados en instituciones residenciales que carecen de servicios y cuidados esenciales. Para los que viven en zonas de conflicto, las consecuencias son aún más nefastas.
Este informe expone el impacto del conflicto en los niños y las medidas que deben tomarse para mitigar sus consecuencias a corto y largo plazo.