La crisis en la región de Kasais de la República Democrática del Congo es, ante todo, una crisis de protección de la infancia, una de las peores del mundo. Los niños representan más de más de dos millones de los 3,8 millones de personas que necesitan asistencia y protección humanitaria en toda la región.
Las emergencias humanitarias pueden tener efectos catastróficos en los niños, exacerbando las formas de violencia existentes y haciéndolos más vulnerables a la explotación, lo que incluye ser reclutados por fuerzas o grupos armados
ser abusados sexualmente y ser víctimas de la trata de personas.