La crisis global que no podemos ignorar
Es probable que el calentamiento global suba 1,5 ° C
En 2050, podría haber 143 millones de desplazados internos
El cambio climático podría empujar a más de 100 millones de personas más
Cómo el cambio climático impacta en las comunidades de todo el mundo
Si bien los signos más obvios de la nueva normalidad son los incendios forestales y los superciclones, miles de millones de personas se enfrentan a cambios más imperceptibles provocados por el cambio climático que amenazan su forma de vida y su forma de ganarse la vida. Las décadas de éxito en la reducción de la pobreza podrían revertirse si no respondemos con esfuerzos masivos para detener el calentamiento climático y ayudar a las personas a enfrentar los cambios que ya se avecinan.
Trabajando para abordar los impactos del cambio climático
World Vision Internacional está a la vanguardia para abordar el impacto del cambio climático
Ayudando a las comunidades a prepararse
Ayudando a restaurar tierras agrícolas
Enfoques de desarrollo para comunidades vulnerables
Contamos con personal en el terreno listo para responder
Asistencia alimentaria de emergencia continua
Juntos, protejamos el futuro de nuestros hijos e hijas.
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5 mitos sobre el trabajo infantil
Mucho se ha dicho sobre el trabajo infantil y los efectos que este tipo de trabajos causan en la vida de los millones de niños y niñas que se encuentran actualmente trabajando en condiciones precarias alrededor del mundo. Por eso, en este artículo os contaremos cuáles son los mitos, falsos y verdaderos, que se ciernen sobre el trabajo infantil.
1. El trabajo infantil es necesario si los niños necesitan salir de la pobreza
El trabajo infantil es comúnmente visto como el único medio en que las familias pueden sobrevivir a la extrema pobreza; pero la realidad es que esto sólo agrava el problema.
La educación es necesaria para que los niños puedan adquirir habilidades y desarrollarse como personas, lo que los llevará, en el futuro, a conseguir mejores empleos y a tener mejores oportunidades. Pero cuando un niño trabaja, está dejando de lado la educación para invertir su tiempo, su salud y sus energías en trabajos que los privan de vivir su infancia, descubrir su potencial y proteger su dignidad.
2. Trabajé cuando era niño: ¡el trabajo no hace ningún daño!
Es diferente hablar de un trabajo para niños que de un trabajo infantil. Si nos referimos al primero, estaríamos imaginando un empleo ligero, con un número limitado de horas, con un pago justo y con el respeto de los horarios dedicados a la educación; pero si nos vamos a lo que conocemos como trabajo infantil, hablamos de peligro, explotación y abusos hacia niños que en la mayoría de casos tienen menos de 14 años.
Actualmente, 265 millones de niños son trabajadores y 168 trabajan en lugares que afectan negativamente su desarrollo humano.
3. Muchos de los niños que trabajan son casi adultos, por lo que está bien que trabajen
Esto es falso. Según estudios realizado por sedes de World Vision el 44% de los niños que trabajan, es decir, 77 millones de niños, tienen edades promedio que van de los 5 a 12 años.
4. El trabajo infantil es una consecuencia inevitable del crecimiento y el desarrollo
El trabajo infantil está vinculado a una serie de impactos negativos sobre el crecimiento macro-económico de un país, incluyendo la depresión económica, , el aumento de desempleo en la población adulta, el progreso tecnológico y las dificultades de fomentar inversión extranjera. El trabajo infantil no es una consecuencia inevitable del crecimiento, es mejor un obstáculo que limita, en gran medida, las oportunidades que tiene un país para salir adelante.
5. Las condiciones en las que trabajan los niños no siempre son tan malas
La mayoría de niños trabaja en el sector agrícola y en el sector industrial, incluyendo fábricas clandestinas.
Los tipos de abusos que aparecen aquí son infrahumanos, dañinos para los niños y agotadores. Trabajar en un horario excesivo, sin la alimentación ni el descanso adecuado y soportando la fuerte exposición a pesticidas y productos malos para la salud, sin la adecuada ropa de protección, da lugar a problemas respiratorios y vinculados al sistema nervioso, mientras que debido a las cargas pesadas que constantemente deben llevar afecta a su desarrollo esquelético que se encuentra en formación.
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Yazan perdió su infancia en la guerra
Yazan aún recuerda el día en que abandonó Siria.
Sólo tenía cuatro años, pero huir de la guerra en aquel día lluvioso forma parte de sus primeros recuerdos.
«Recuerdo los aviones, las armas y cómo llegamos hasta aquí», dice. «En cuanto a los sonidos, recuerdo las explosiones».
Cuando le preguntamos qué más recuerda de Siria, Yazan dice: «Jugar. Solía jugar todo el tiempo en Siria», dice.
«Pero ahora apenas juego porque la mayor parte del tiempo estoy trabajando».
Esta es la trágica realidad de muchos niños que han huido de Siria. Para sobrevivir en su nueva comunidad de acogida, necesitan trabajar para ayudar a aportar ingresos a sus padres.
Yazan, que ahora tiene 12 años, trabaja en un mercado de verduras en el asentamiento informal donde vive en el valle de la Bekaa, Líbano.
Envasa y descarga verduras en camiones y gana un mísero [1 dólar] al día. Puede que parezca poco, pero es la diferencia entre sobrevivir al invierno o no.
«Todo lo que ahorramos trabajando durante el verano, mi padre y yo lo invertimos en poner naylon y protección solar para la tienda, porque el invierno pasado la lluvia se metía dentro», dice Yazan.
Sin sus ingresos, la familia no habría tenido cobijo.
Obviamente, Yazan no debería estar trabajando.
«¿Por qué no soy como mis otros amigos que están estudiando?», se pregunta. «Me siento cansado… no me gusta trabajar».
Las escuelas locales del valle de la Bekaa no aceptan a niños cuyo nivel educativo es más bajo de lo que corresponde a su edad. Yazan quiere aprender, pero cada año se retrasa más y más, lo que hace más difícil que pueda volver a la escuela.
Esto no es infancia.
Para que los niños puedan sobrevivir, recuperarse y construir un futuro en algunos de los lugares más peligrosos del mundo, se necesitan espacios seguros para jugar y aprender, y oportunidades para desarrollar todo su potencial.
Afortunadamente, World Vision, junto con otras organizaciones, trabaja en el campamento donde vive Yazan para ayudar a los niños y niñas a superar sus carencias educativas.
Y Yazan está decidido a lograrlo.
«Nos enseñaban las letras», explica. «Cuando llegaba a casa ponía YouTube y buscaba esa letra. Seguía entrenando hasta que la aprendía mejor».
Pero la cosa no acaba ahí.
«World Vision también nos dio sesiones de ayuda psicológica… para aprender a controlar nuestra ira», dice.
Generar confianza entre los niños y niñas a los que les han robado la infancia es tan importante como enseñarles a leer y escribir.
A Yazan aún le queda mucho camino por recorrer, pero su confianza crece cada día.
«Además de leer y escribir, sueño con ser ingeniero para poder reconstruir Siria», dice.
«El mundo está hecho a base de guerras y conflictos, por eso quiero cambiarlo».
Si te unes a Rescata la Infancia, ayudarás a que niños como Yazan reciban la educación y los espacios seguros que necesitan para sobrevivir, recuperarse y construir un futuro en algunos de los lugares más peligrosos del mundo.
Necesitamos tu apoyo urgentemente.
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World Vision proporciona calentadores
El clima frío empeora las condiciones
El clima frío está empeorando aún más las condiciones para las familias que huyen de la violencia en Ucrania.
Brianna Piazza, miembro del personal de World Vision, informa desde la frontera, donde las mujeres y los niños refugiados huyen del conflicto. Las temperaturas bajo cero y la nieve hacen que esta situación, ya de por sí difícil, sea aún más complicada.
Nuestros equipos están sobre el terreno y responden a las necesidades urgentes de los refugiados que huyen del conflicto:
World Vision proporciona calentadores
«Hace mucho frío en estos días. El viento y la nieve dan una sensación térmica aún más baja, por lo que debíamos ayudar de inmediato a estas personas», dice Daniela, coordinadora de intervención de crisis de World Vision en Siret.
La ciudad rumana de Siret acoge a miles de refugiados de Ucrania. World Vision está trabajando junto con los municipios locales, encontrando formas de satisfacer las necesidades inmediatas de las personas que huyen de Ucrania con recursos como alimentos, agua, kits de higiene y kits para niños, entre otras cosas.
Recientemente, hemos entregado un envío de calentadores al equipo de intervención de crisis en Siret. Los refugiados han soportado temperaturas gélidas durante el viaje. Las colas en la frontera rumana son largas y muchos deben esperar durante horas antes de cruzar. Se espera que las bajas temperaturas continúen durante varias semanas más en la región y estos calentadores rojos marcarán una gran diferencia para las familias.
Aunque el clima y las circunstancias son difíciles, Daniela enfatiza el compromiso de World Vision de servir a los necesitados. “Brindaremos apoyo el tiempo que sea necesario”, dice Daniela.
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VitaMeal mantiene a los niños a salvo
Yar Achien, una madre de 35 años con seis hijos, se encuentra entre las 17.127 personas que han perdido sus hogares y propiedades a causa de las inundaciones en el condado de Bor, parte del estado de Jonglei en Sudán del Sur. Huyeron por seguridad al campamento de desplazados internos de Mangala ubicado en la capital del país, Juba.
“Nunca pensé que a día de hoy seguiríamos vivos. Haber caminado tanto tiempo para llegar al campamento fue muy duro. Pero como madre, lo soporté para poder llevar a mis hijos a un lugar seguro”, comparte Yar.
“Me acuesto casi siempre con hambre para guardar la poca comida que tengo para mis hijos. La asistencia alimentaria de World Vision es todo lo que tenemos. La espero todos los meses como nuestra única esperanza de supervivencia”, dice.
Recientemente, a través del programa «Gift-In-Kind», World Vision donó 1.832 cartones de VitaMeal, un arroz rico en proteínas para el programa de alimentación y nutrición que responde a los hogares más vulnerables afectados por las inundaciones.
El complemento alimenticio VitaMeal ayuda a mejorar la nutrición de los niños y las familias para complementar el programa general de distribución de alimentos, así como otras ayudas de emergencia que reciben las personas en Mangala.
Durante la distribución, cada hogar recibió 12 kg de VitaMeal. Antes de la actividad, el equipo de nutrición de World Vision realizó sesiones de demostración para que las personas aprendieran a cocinar con este complemento.
Yar dice: “A mi hijo le gusta la comida, y estoy feliz porque no solo los salvará de las punzadas de hambre, sino que también es rico en nutrientes para evitar que mis hijos más pequeños sufran desnutrición”.
Mary Michael, una madre embarazada de 33 años con siete hijos, comparte: “He aprendido a cocinar la comida nutritiva y no me preocuparé estos meses sobre qué preparar para mis hijos”.
Komakech Ronald Mandela, Gerente de Nutrición Urbana de Juba de World Vision, dice: «Vitameal está fortificado con vitamina A, que ayuda a aumentar la inmunidad contra enfermedades y otros minerales como el zinc que equilibra los electrolitos en el cuerpo para combatir la diarrea».
Según Mary, al principio se negó a asistir a la demostración de cocina porque pensó que no era necesario porque ya sabe cocinar.
“Toda madre sabe cocinar, pero debo decir que en lugar de mantener a mis hijos a salvo de la desnutrición, los habría desnutrido y enfermado por no saber cómo preparar correctamente el VitaMeal”, dice Mary.
Vitameal se compone de arroz, lentejas, vitaminas y minerales. “Ahora sé la cantidad de agua necesaria para preparar 1 kg del complemento alimenticio y lo que no debo añadir. Un paquete de Vitameal contiene todos los alimentos nutritivos que mis hijos necesitan para estar saludables”, agrega feliz.
Mandela agrega: “Todos los miembros de la familia pueden comer el Vitameal. Pero es muy importante dar prioridad a los niños, las mujeres embarazadas y lactantes que están en riesgo de desnutrición, para comer al menos una comida de VitaMeal todos los días. Cada paquete distribuido tiene una duración de 30 días”.
El coordinador de GIK de World Vision, Emmanuel Dada, dice: “Sudán del Sur enfrenta extraordinarios desafíos de desnutrición. La inseguridad alimentaria es cada vez más alarmante, agravada por una economía inestable. La mayoría de los hogares no pueden pagar las necesidades básicas”.
Dada dijo que cada asistencia de VitaMeal para los desplazados internos como Mary y Yar en Mangala, es una oportunidad para que los niños tengan comidas nutritivas. El informe de la ONU establece que hay 1,6 millones de desplazados internos en Sudán del Sur, más de 234.000 se encuentran en el estado de Equatoria Central, donde se encuentra la capital, Juba.
Ahora mismo, el mundo se enfrenta a la peor crisis de hambre de nuestra generación : 45 millones de personas están al borde de la inanición. Puedes ayudar a cambiar esta crisis haciendo una donación hoy.
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La crisis de refugiados más urgente del mundo
En los últimos años, la cobertura de noticias sobre refugiados no ha sido tan frecuente. Sin embargo, las crisis de refugiados en todo el mundo sigue siendo una gran preocupación. De hecho, el número de refugiados y desplazados internos se duplicó en 2019 en comparación con las cifras de 2010. Actualmente hay más de 80 millones de personas desplazadas en todo el mundo, de ellas, entre 30 y 34 millones son niños. Esto significa que una de cada 97 personas en el mundo está ahora desplazada por la fuerza.
Con la pandemia de COVID-19 en curso, la situación se ha vuelto aún más grave. A continuación, lea los principales hechos y cifras de las crisis de refugiados más apremiantes en 2021. Están enumerados por país y región de donde proceden los refugiados y migrantes.
Siria
- Número de refugiados: 5,5 millones
- Número de desplazados internos: 6 millones
Desde 2011, Siria se ha visto envuelta en una guerra civil que ha dejado al país en ruinas. Según la Agencia de la ONU para los Refugiados, hasta la fecha, más de 12 millones de personas han sido desplazadas. Aproximadamente 13,1 millones de personas necesitan asistencia humanitaria. En octubre de 2020, había alrededor de 2,6 millones de niños sirios viviendo como refugiados y alrededor de 2,5 millones de niños viviendo como desplazados internos.
Los sirios que huyeron del conflicto viven actualmente en más de 125 países, pero la mayoría se refugia en países vecinos, incluidos Turquía, Líbano, Jordania, Irak y Egipto. Se estima que el ocho por ciento de todos los refugiados sirios viven en campamentos como Zaatari y Azraq en Jordania, mientras que el otro 92 por ciento vive en áreas urbanas y rurales.
Venezuela
- Número de refugiados y migrantes: 4,6 millones
- Número de personas en tránsito: 400.000
La crisis de refugiados y migrantes venezolanos es una de las mayores crisis de desplazamiento en el mundo. Hasta la fecha, alrededor de 4,6 millones de venezolanos han abandonado el país como resultado de una crisis humanitaria sin precedentes fomentada por años de dificultades económicas e inestabilidad política.
Una economía colapsada, la escasez de alimentos y medicinas y la falta de seguridad son algunas de las principales razones por las que millones de venezolanos han abandonado sus hogares. Sin la documentación adecuada, miles de personas luchan por establecerse en los países de acogida, volviéndose vulnerables a la explotación laboral y sexual, la trata, la violencia, la discriminación y la xenofobia.
Sudán del Sur
- Número de refugiados: 2,3 millones
- Número de desplazados internos: 1,87 millones
Establecido en 2011, Sudán del Sur es el país más nuevo del mundo. Sin embargo, en 2013, estalló un conflicto que envió al país a una espiral descendente de violencia, crisis económica, hambre y enfermedades. Como resultado, millones de sursudaneses han huido de sus hogares, creando la mayor crisis de refugiados en África .
De los 2,3 millones de refugiados de Sudán del Sur, más del 80% son mujeres y niños. Se estima que del total de la población de refugiados de Sudán del Sur, el 63% son niños.
República Centroafricana
- Número de refugiados: 623.400
- Número de desplazados internos: 684.004
La emergencia humanitaria en la República Centroafricana se considera una de las crisis con peor financiación del mundo . En 2013, la violencia de los grupos rebeldes armados obligó a miles de personas a huir de sus hogares. Más de 623.400 personas viven como refugiados en países vecinos como Camerún, la República Democrática del Congo, la República del Congo y Sudán del Sur. Además, aproximadamente 684.004 personas están desplazadas internamente. La crisis ha exacerbado un país que ya estaba asolado por la pobreza: en 2018, el 71% de la población vivía por debajo del umbral internacional de pobreza (el equivalente a 2,40 dólares canadienses por día) .
Más recientemente, en diciembre de 2021, las turbulentas elecciones resultaron en un conflicto que desplazó a más de 200.000 personas.en menos de dos meses.
En febrero de 2021 , Bangui (la capital y ciudad más grande del país) fue tomada por rebeldes, que han restringido las rutas utilizadas para entregar suministros. Se informa que las familias desplazadas acampan en edificios como iglesias y que carecen de lo esencial, como comida y ropa de repuesto.
Burundi
- Número de refugiados: 312,615
- Número de desplazados internos: 104.191
La crisis política que estalló a raíz de las elecciones presidenciales de 2015 puso a Burundi en una espiral descendente de conflictos, dificultades económicas, inseguridad alimentaria y enfermedades. Desde entonces, cientos de miles de personas han huido a países cercanos. El país también enfrenta desafíos debido al cambio climático, que ha obligado a cientos de personas a abandonar sus hogares en busca de alimentos y medios de vida.
La crisis de refugiados de Burundi es la menos financiada del mundo. Los campos de refugiados están llenos y las instalaciones, como los centros de salud y las escuelas, luchan por brindar una asistencia adecuada a los refugiados.
Irak
- Número de refugiados: 260.000
- Número de desplazados internos: 1,3 millones
La guerra de Irak comenzó en 2003, pero la crisis de desplazamiento no surgió hasta 2014, cuando la violencia se intensificó en la parte norte del país. Los ataques lanzados por el Estado Islámico (EIIL) dieron lugar a un conflicto que obligó a millones de familias a huir de sus hogares y destruyó la mitad de la infraestructura del país.
Se estima que más de 260.000 personas abandonaron Irak y más de 3 millones de personas se encuentran actualmente desplazadas dentro del país, de las cuales la mitad son niños. Según el ACNUR, un número significativo de personas desplazadas internamente regresaron a sus hogares en 2018, pero continúan enfrentando desafíos para acceder a servicios esenciales (como alimentos, agua, saneamiento y atención médica) y medios de vida. La agencia dice que hay más de 4,1 millones Iraquíes que necesitan asistencia humanitaria.
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Un plato de comida en Bidibidi
“Cuando estás en una situación peligrosa, corres. Te olvidas de todo, porque la vida es lo más preciado”, dice Angelo.
Él, su esposa Viola y sus hijos pequeños escaparon de Sudán del Sur al amparo de la oscuridad, para escapar de una muerte inminente en uno de los conflictos más sangrientos de su país. La familia caminó entre 60 y 70 km hasta la frontera con Uganda. Las imágenes de la muerte en el camino permanecerán en la mente de Angelo para siempre.
Cuando llegaron a Uganda, a la familia se le dio una pequeña parcela de tierra desde para comenzar su nueva e incierta vida en un nuevo país. Fueron una de las primeras familias de refugiados en vivir en lo que ahora conocemos como uno de los asentamientos de refugiados más grandes del mundo: Bidibidi.
Ahora viven su quinto año en el asentamiento, y Angelo es un líder conocido en la comunidad: líder de la iglesia, miembro del comité de protección infantil, líder del consejo de bienestar de los refugiados y padre adoptivo; pero él considera que su papel más importante es el de un padre amoroso de familia.
“La gente en el asentamiento nos mira a mi esposa y a mí y se pregunta por qué nunca nos peleamos. Nos admiran y hasta piensan que somos ricos”, dice divertido.
“Angelo es un hombre muy amable. Me aceptó en su casa y me cuida muy bien. Aquí puedo comer, no como antes, cuando vivía con mi abuela”, dice Brian, de 13 años, el hijo de adoptivo de Angelo.
Angelo atribuye la relativa calma y felicidad de su hogar a dos cosas: Dios y la comida. Aunque casi un cuarto de millón de personas reciben alimentos de World Vision y el Programa Mundial de Alimentos en este asentamiento, la perspectiva de alimentos de Angelo es diferente a la de los demás. Para él, la comida es mucho más que una simple comida.
“La comida es mejor que todas las demás cosas porque la comida trae unidad. La gente come junta. Una vez alimentado, puedes cooperar con los demás. Detiene las peleas y la violencia doméstica”, dice.
Angelo es un experto en la resolución de conflictos en su comunidad y dice que cuando hay suficiente comida disponible, sus servicios no tienen mucha demanda porque los hogares están en paz.
Cuando Angelo huyó con su familia hace ya media década, su amada moto vino con él.
“Conseguí esta motocicleta de mi hermano en Sudán del Sur”, dice. “La apreciábamos en casa y es por eso que luché duro para poder traerla a Uganda”.
Pero hoy, la moto tiene una nueva vida. El impacto devastador de las restricciones de la COVID-19 y los recortes en las raciones de alimentos significa que gran parte de la población de Bidibidi pasa hambre. Angelo no puede ofrecer mucho en cuanto a recursos, pero puede ofrecer su moto.
“Ahora me ayuda a conseguir comida, pero también a realizar mi otro trabajo en la comunidad”, dice. En ocasiones, Angelo utiliza este mismo medio de transporte para transportar alimentos para personas con necesidades especiales, como ancianos y personas con discapacidad en su comunidad.
En los días de distribución de alimentos, Angelo se pone su camiseta blanca, guardada para ocasiones especiales, y se dirige a un centro de distribución alimentos de World Vision. Carga su motocicleta con unos 7,5 kg de mercancías en forma de maíz, legumbres, aceite, sal y jabón.
«Muchos hombres piensan que recoger comida es trabajo de mujeres. Por eso hay muchas mujeres en los puntos de distribución, pero a mí no me importa”, dice.
Cuando termina, regresa a casa. Sus hijos escuchan el rugido del motor y se emocionan al verlo regresar. Los niños se ponen muy contentos y enseguida empiezan a jugar encima de las bolsas de comida con la alegría y la esperanza de tener una comida asegurada para el día.
Después de comer, Angelo dirige a su familia en el estudio de la Biblia. Celebran las muchas bendiciones del día.
Esto es lo que logra tu apoyo. Ayúdanos a ayudar a más familias, como la de Angelo, donando hoy.