Madrid, 17 de agosto de 2023: El Día Mundial de la Asistencia Humanitaria brinda a las ONG la oportunidad de poner en relieve la defensa de la supervivencia, el bienestar y la dignidad de las personas afectadas por las crisis, así como la seguridad de los trabajadores humanitarios. Este año se cumplen 20 años desde que se instaurara esta efeméride.
El Día Mundial de la Asistencia Humanitaria, presentado por la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) de las Naciones Unidas, conmemora los trágicos acontecimientos del 19 de agosto de 2003, cuando 22 trabajadores humanitarios perdieron la vida en un atentado contra la sede de la ONU en Bagdad (Irak). Este evento anual reflexiona sobre este devastador incidente que transformó la forma de trabajar de los trabajadores humanitarios.
20 aniversario: ¿dónde estamos hoy?
Veinte años después, nuestra labor se ha ampliado considerablemente:
- 339 millones de personas necesitan asistencia humanitaria en 2023, 65 millones más que en 2022, un aumento del 25 %.
- Más de 122 millones de personas más se enfrentan al hambre en el mundo desde 2019 debido a la pandemia y a las repetidas crisis climáticas y conflictos, incluida la guerra en Ucrania.
- Se calcula que entre 691 y 783 millones de personas en el mundo pasaron hambre en 2022.
- Se prevé que casi 600 millones de personas sufrirán desnutrición crónica en 2030. Esto supone unos 119 millones más que en un escenario en el que no se hubieran producido ni la pandemia ni la guerra en Ucrania.
- En 2022, se estima que 148,1 millones de niños y niñas menores de cinco años (22,3%) sufrían malnutrición crónica y 45 millones (6,8%) malnutrición aguda.
- Después de 20 años, el desplazamiento forzado no muestra signos de desaceleración. Más del 1 por ciento de la población mundial - 103 millones de personas - están desplazadas. Alrededor de dos tercios de las personas refugiadas y solicitantes de asilo proceden de países con crisis alimentarias. Las catástrofes y los fenómenos meteorológicos extremos, como inundaciones y sequías, son responsables de la mayoría de los desplazamientos forzosos en todo el mundo.
- Los conflictos violentos siguen cobrándose un elevado número de víctimas civiles, especialmente cuando se utilizan explosivos en zonas pobladas. Los niños y niñas siguen siendo especialmente vulnerables, y ha aumentado el número de ataques contra escuelas y hospitales. La violencia contra los trabajadores humanitarios va en aumento, y el 98% de los asesinados trabajaban en su propio país.
- Los efectos del conflicto, el cambio climático y las actuales repercusiones socioeconómicas indirectas de la COVID-19 están interactuando para causar estragos en las vidas de las personas y las comunidades, al tiempo que crean nuevos focos de hambre y empeoran los ya existentes, revierten los avances que las familias habían logrado para escapar de la pobreza y aumentan la necesidad de ayuda humanitaria y de trabajadores humanitarios.
World Vision y como el resto de ONG, se enfrenta a tensiones geopolíticas crecientes, al desprecio del derecho internacional humanitario, a ataques deliberados y a campañas de desinformación, lo que hace que el trabajo sea más difícil y peligroso. Sin embargo, nuestro compromiso inquebrantable sigue siendo firme.
“A pesar de todas las dificultades, nos mantenemos unidos a las comunidades a las que servimos, mostrando un compromiso inquebrantable para salvar vidas y proteger a las personas vulnerables, independientemente de los retos a los que nos enfrentemos” explica Eloisa Molina, directora de Comunicación de World Vision. “Ante el aumento de las tensiones y los retos geopolíticos, seguimos siendo resilientes, adaptándonos y evolucionando para superar los obstáculos y prestar ayuda que salva vidas. Esto incluye trabajar para prevenir conflictos innecesarios, abordar crisis cada vez más graves como el cambio climático y el hambre, y hacer todo lo posible para aliviar el sufrimiento humano”.